El portavoz de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Abdul Manan, dijo que 121 de los fallecidos son niños, mientras que la policía confirmó que aún quedan estudiantes rehenes en manos de los atacantes.
Los talibanes golpearon duramente a Pakistán con una matanza en un colegio gestionado por los militares en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país, que este martes causó la muerte al menos de 126 personas, la mayoría estudiantes, y dejó heridas a 80, en un ataque que continúa en marcha.
El portavoz de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Abdul Manan, dijo a los canales de la televisión local que 121 de los fallecidos son niños, mientras que el policía Imtiaz Ahmed Bacha dijo a Efe que aún quedan estudiantes rehenes en manos de los talibanes.
El ataque comenzó antes del mediodía (sobre las 8.00 GMT) cuando 10 insurgentes vestidos con uniformes del Ejército irrumpieron en la escuela abriendo fuego y lanzando granadas contra niños y profesores, dijo a Efe el portavoz de la Policía de Peshawar, Seid Wali.
Testigos presenciales dijeron a medios locales que los talibanes fueron de clase en clase disparando a los estudiantes.
“Estábamos en una clase cuando escuchamos disparos. El sonido de los tiros se acercaba hasta que la puerta se abrió de golpe y dos personas comenzaron a disparar indiscriminadamente”, explicó uno de los alumnos, un niño de unos 14 años, al diario local The Express Tribune.
El director general de la oficina de relaciones públicas del Ejército (ISPR), Asim Bajwal, dijo en su cuenta de Twitter que hasta el momento “seis terroristas” han sido muertos en la operación de rescate y que solo queda uno de los cuatro edificios del complejo educativo por “limpiar”.
“Los comandos tienen dificultades en la operación porque los militantes han colocado explosivos dentro del colegio”, afirmó Bajwal.
El principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reivindicó el ataque y lo justificó asegurando que para el “Ejército nuestras familias son objetivos” en las operaciones militares lanzadas contra los insurgentes en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber.
“Queremos que sientan nuestro dolor”, afirmó el grupo que añadió que entre los atacantes se encontraban “suicidas” y que les han dado “ordenes de disparar a los estudiantes más mayores, pero no a los niños”, según reprodujeron diarios pakistaníes.
Las televisiones locales emitieron imágenes con escenas de caos alrededor del colegio con un gran número de soldados y ambulancias en el área cercana a la escuela que, según medios locales, se encuentra muy dañado por los disparos y explosiones, que se podían escuchar desde el exterior.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, afirmó que el ataque es “una crisis nacional” y aseguró que los culpables no “serán perdonados”, anunciando además tres días de luto nacional.
“Mis hijos han sido convertidos en blancos de la tragedia”, indicó Sharif, quien agregó que “la pérdida de niños inocentes es la pérdida de una nación”, según informó la estatal Radio Pakistán.
Por su parte, el líder del opositor Partido Pakistan Therik Insaf, Imran Khan, anunció la cancelación de la protesta nacional que tenía previsto llevar a cabo el jueves contra Sharif.
En la India, país con el que Pakistán mantiene constantes tensiones, el primer ministro, Narendra Modi, condenó la “tremenda brutalidad” del ataque contra la escuela.
Los colegios suelen ser objetivo de los talibanes en Pakistán, en especial las escuelas para niñas, al igual que las instalaciones militares.
El ataque de hoy es uno de los peores de los últimos años en el país asiático, que vivió a principios de noviembre un atentado que causó 57 muertos y 112 heridos en el puesto fronterizo de Pakistán con la India de Wagah.
El Ejército pakistaní desarrolla una campaña desde junio contra enclaves en las regiones de Waziristán y Kyhber con continuos bombardeos y operaciones terrestres que, de acuerdo con fuentes oficiales, han causado más de mil muertos.
El TTP fue creado en 2007 bajo el liderazgo de Baitulá Mehsud -muerto por un dron en 2009- al calor de la explosión de la insurgencia islamista contra el régimen militar liderado entonces por el general Pervez Mushárraf.
Según el reciente informe de un centro de estudios local, el año pasado hubo en el país más de 1.700 ataques -un 61 % de ellos perpetrado por el TTP y sus aliados- en los que murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012.
Fuente: EFE