Los actuales conflictos armados en distintas partes del mundo afectan de manera desmedida a los niños que no solo mueren y son heridos en los combates, sino que además sufren reclutamiento forzado, violencia sexual, mutilación y son usados como escudos humanos, denunció Unicef.
Uno de los niños que forman parte de los 29 enfermos que están siendo evacuados de la región siria de Guta Oriental, por un acuerdo entre el gobierno y los rebeldes, murió hace semanas por falta de tratamiento, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los médicos de la Media Luna Roja, que se encargan de la evacuación de los pacientes de esta zona sitiada por las fuerzas gubernamentales sirias, descubrieron el fallecimiento del menor, que se cree que padecía una “deformación del corazón”, cuando contactaron a su familia para comunicarles el traslado, precisó la fuente.
El niño, cuya identidad no ha sido divulgada, perdió la vida “hace varias semanas por el deterioro de su estado de salud y por la imposibilidad de tratarlo con los recursos médicos en Guta Oriental”, según un comunicado de la ONG.
La Media Luna Roja, contactada por Efe, no confirmó esta información y explicó que divulgará el balance de la operación cuando haya concluido.
La evacuación comenzó la noche del martes y desde entonces por lo menos 16 pacientes han sido trasladados a hospitales de Damasco, algo más de la mitad de los 29 incluidos en el acuerdo, según informó la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, en sus siglas en inglés).
El acuerdo se logró después de largas negociaciones, que han implicado un canje de presos con el Ejército del Islam, una de las principales facciones de la región, que por el momento ha liberado a 26 prisioneros.
Unas 400.000 personas residen atrapadas en la región sitiada, de las que la mitad se calcula que son menores.
Los niños, mayores víctimas
Los actuales conflictos armados en distintas partes del mundo afectan de manera desmedida a los niños que no solo mueren y son heridos en los combates, sino que además sufren reclutamiento forzado, violencia sexual, mutilación y son usados como escudos humanos, denunció Unicef.
Los niños han sido víctimas en 2017 de ataques “a una escala espantosa por el desprecio total de las normas internacionales que protegen a los más débiles”, subrayó el organismo de la ONU a cargo de la protección de la infancia al hacer balance del año.
Los menores son víctimas de grupos armados rebeldes, de prácticas ilegales de ciertos ejércitos, de grupos terroristas y de las minas y artefactos explosivos sin estallar que todos estos dejan a su paso, como ocurre en Siria, Ucrania y otros escenarios de guerra.
De acuerdo a los datos recopilados por Unicef este año, 700 niños fueron asesinados en el conflicto de Afganistán en los primeros nueve meses del año, mientras que en Irak y Siria fueron regularmente utilizados como escudos humanos, víctimas de asedio armado, blanco de francotiradores, además de los años que ya viven en medio de la violencia y bajo bombardeos.
En Yemen, los datos que han podido ser verificados indican que 5.000 niños han muertos o sido heridos en los 1.000 días del conflicto armado entre una coalición militar dirigida por Arabia Saudí y los rebeldes de la comunidad chíi de los hutíes.
Sin embargo, se teme que la verdadera cifra de menores yemeníes afectados sea mucho más alta.
El conflicto en Yemen ha causado una grave crisis alimentaria, que hace que 1,8 millones de niños se encuentren malnutridos, de los que cerca de 400.000 están gravemente desnutridos y deben recibir tratamiento si se quiere que sobrevivan.
En Birmania, los niños de la minoría musulmana rohinyá han sufrido en los últimos meses violencia generalizada y han sido testigos de la destrucción de sus aldeas, por lo que fueron forzados a abandonar sus comunidades y desplazarse, la mayoría hacia campamentos de refugiados en Bangladesh.
Unicef considera que en zonas remotas del estado noroccidental de Rakáin, donde históricamente han estado instalados los rohinyá, los niños siguen sufriendo de las tensiones que persisten entre el Ejército birmano y grupos armados formados sobre bases étnicas.
En África, la extensión del conflicto interno en República Democrática del Congo (RDC) a la región central de las Kasai ha causado el desplazamiento forzado de 850.000 niños, que además están afectados por la destrucción de 400 escuelas y 200 centros de salud.
En esta área de la RDC, que hasta ahora no había sufrido del impacto del prolongado conflicto interno que había afectado hasta ahora sobre todo el este del país, 350.000 padecen de desnutrición severa.
En el noreste de Nigeria y en Camerún, el grupo yihadista Boko Haram obligó este año a, por lo menos, 135 niños a efectuar atentados suicidas, cinco veces más que el año pasado.
En Sudán del Sur, donde el conflicto interno y el consiguiente derrumbe de la economía han llevado a una situación de hambruna en varias partes del país, más de 19.000 niños han sido reclutados por la fuerza para participar en los combates y más de 2.300 han resultado muertos desde que los combates empezaron hace cuatro años.
En Europa, concretamente en el este de Ucrania, 220.000 niños viven bajo la permanente amenaza de las minas antipersonales y de los dispositivos explosivos abandonados en cualquier parte y con los que muchas veces los niños tropiezan o simplemente recogen como si se tratase de un juguete.
Frente a esta situación alarmante, Unicef pidió a los países que usen su influencia para que las partes combatientes en los conflictos cumplan con respetar y proteger a los niños, así como la infraestructura básicas para sus vidas.
Fuente: El Mostrador