El pasado 3 de febrero, en Choele Choel (Río Negro, Argentina) nació Calfu Ñamcu Leufu, a quien desde niño la arbitrariedad y discriminación vigente en las tierras a las que pertenece le ha hecho ser parte de la negación de la identidad cultural que actualmente se profesa contra la nación mapuche.
A sus progenitores, en el Registro Civil de Viedma no les permitieron inscribirlo alegando que “el nombre no sale en internet”, por lo que tuvieron que iniciar diferentes diligencias y tras presentar ayer un recurso,comunicaron que desde el mismo organismo les informaron que sí aceptaban los tres nombres, aunque no obstante sostuvieron que según la dirección del Registro “la palabra ÑAMCU NO EXISTE sino que se escribe ÑANCU”.
No obstante, los familiares señalan que hoy lunes inscribirían al pequeño, “porque necesita registrarse en la obra social para lo cual el martes vence el plazo, debido a los estudios médicos que debe realizarse. Aun así consideramos otro acto de discriminación que nos digan cómo escribir en nuestra lengua”, denuncian.
La familia denuncia que las instancias a las que recurrieron -el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y el Consejo de Participación Indígena (CPI) de Río Negro- “no realizaron ninguna acción que intercediera entre nosotrxs y el Estado, ante la situación discriminatoria y arbitraria que le comunicamos”.
Por su parte, el Círculo de Docentes por la Identidad y la Cultura de los Pueblos Originarios emitió un comunicado denunciando que “esta situación discriminatoria en los registros civiles de Rio Negro es sistemática e histórica, visto que en repetidas ocasiones se ha negado la inscripción de niñxs con nombres mapuche según el requerimiento de sus padres, que deben recurrir a la intervención del INAI para certificar su identidad cultural y la existencia u origen del nombre”.
Continúa: “Estas conductas no sólo son violatorias de derechos fundamentales, como el derecho a la identidad (garantizado por la convención internacional de los derechos del niñx, la constitución nacional y leyes nacionales) sino también de toda la legislación vigente en relación al reconocimiento de los pueblos originarios. Es inadmisible que en los registros civiles de la provincia se desconozca normativa básica como la ley de nombres, que establece que “podrán inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas… ”, así como también, la ley provincial integral del indígena (ley Nº 2287), que considera “la pertenencia indígena mapuche de acuerdo a la autopercepción y al reconocimiento como tal por parte de la familia, asentamiento o comunidad de pertenencia
Entendemos que estas omisiones no son casuales, ni inocentes, sino que son parte de las políticas estatales que demuestran, una y otra vez, que existe una continuidad de las prácticas colonizadoras a través de las instituciones del Estado. Al igual que en los años posteriores a la “conquista” el pueblo Nación Mapuche sigue padeciendo una relación de sujeción con el Estado argentino, el cual continúa reproduciendo políticas integracionistas que violentan sus derechos. La lengua no es un componente más de la cultura, su uso y desarrollo implica un factor de fortalecimiento de la autoafirmación y la autoestima individual y social, es la expresión del pueblo vivo.
Para el pueblo mapuche existe una forma particular de nombrar a un niño o niña a partir de su nacimiento, que está relacionada con su cosmovisión, la observación del entorno natural y la interpretación de las fuerzas. Negar la posibilidad de nombrar al niñx respetando su identidad individual como mapuche es negar la existencia del pueblo. Denunciamos esta situación pues como docentes asumimos la responsabilidad de trabajar en pos de una educación intercultural que nos permita a todos y todas vivir en una sociedad más justa, respetuosa de la diversidad y que rompa con el mandato “civilizador” que oprime a nuestros pueblos originarios. Exigimos al Estado rionegrino que se arbitren los medios legales para evitar las demoras, trámites y angustias que esta situación violenta y discriminatoria genera en las personas mapuche que quieren ejercer sus derechos.”
Fuente: El Ciudadano