La educadora fundadora de Pichi Newen, una agrupación que busca entregar una pequeña esperanza a la infancia mapuche devastada por la agresión diaria en la que se desenvuelven, comenta el trabajo del arte y el impacto que pueden tener en la vida de los pequeños: “Aquí hay tortura, hay asesinatos, hay mucho dolor y todo eso lo absorben los niños. Entonces, me pregunto, ¿qué vamos a tener en el futuro?”
No han sido tiempos fáciles para el pueblo mapuche. En octubre de 2016 en el Sanatorio Alemán de Concepción se vivió un episodio tremendamente violento. Entonces, se confirmó que la machi Lorenza Cayuhán dio a luz con grilletes en sus tobillos mientras era vigilada por un funcionario de Gendarmería.
Meses después, a principios de diciembre, el joven de 17 años Brandon Hernández Huencol fue baleado por la espalda por un efectivo policial en la localidad de Curaco.
Sin ir más lejos, hace una semana la machi Francisca Linconao inició una huelga de hambre para protestar contra la medida de la Corte de Apelaciones de Temuco que decretó nuevamente su prisión preventiva en el marco de la investigación por el asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay.
El pasado lunes, en tanto, dos comuneros fueron baleados en Tirúa por Carabineros.
Sin embargo, pese a la crudeza del entorno, existe una organización que cultiva entre los más pequeños la cultura mapuche.
Hace seis años Onésima Lienqueo junto a su madre formaron la agrupación de enseñanza artística mapuche Pichi Newen, que en mapudungun significa pequeña energía.
La iniciativa, que funciona a través de un mecanismo de trueque y voluntarios, comenzó a trabajar en La Araucanía con sólo 16 niños, sin embargo, a la fecha ha logrado integrar a más de 100 alumnos de entre 3 y 13 años.
Todo partió cuando la madre de Lienqueo inició a través de talleres la enseñanza de danzas mapuche. Posteriormente, el trabajo se fue consolidado con la llegada de comuneros y docentes, quienes comenzaron a impartir el aprendizaje de la cosmología y el cuidado del medio ambiente.
Durante estos años el trabajo de Pichi Newen también ha logrado atravesar las fronteras. Por ello, artistas como la cantante argentina Beatriz Pichi Malen han llegado a la zona para impartir su arte entre los más pequeños. Todo de manera gratuita.
En este sentido, Onésima Lienqueo comentó que la agrupación funciona tal cuál una organización indígena. Es decir, instaurando un modelo económico basado en la espiritualidad.
¿Cuál es el propósito de la agrupación?
Nosotros lo que hacemos es trabajar y tratar de llevar todos los aprendizajes a los rincones más alejados de La Araucanía. Lo difundimos con más hermanos mapuche y no mapuche que están aprendiendo esta forma de saber ancestral que va más allá de conocer una danza. Se entrega un conocimiento de cuidado hacia la madre tierra. Queremos levantar a estos guardianes de la tierra, entonces realizamos actividades en todas partes. Los niños son parte de seminarios de semillas y de ciencias del río. Esto es para que el niño se haga consiente del equilibrio que debe existir.
En lo espiritual damos el conocimiento de nuestra cosmología a través de los conceptos de la tierra, entonces no ingresamos de inmediato con el mapudungun, porque el mapudungun no es sólo una lengua, sino que nace cuando nosotros ya nos sentimos mapuche, cuando sabemos todo lo que está al rededor, porque el mapudungun es el lenguaje de la tierra. Ahora por obligación se enseña en los colegios, pero nosotros no lo hacemos así. Lo entregamos a través del canto y después solos los chicos empiezan a hablar.
¿Quiénes forman parte de Pichi Newen?
Este semestre hubo 100 niños. Nosotros llegamos a las comunidades tanto rurales como urbanas, entonces ahí nos encontramos con niños que pertenecen a nuestro pueblo y niños que viven ahí, pero que no son mapuche. Entonces, no hay separación: La condición es ser niño para ser parte de Pichi Newen. Tenemos niños desde los 3 a los 13 años.
¿Cómo se empieza a insertar al niño en la educación artística mapuche?
Lo que nosotros hacemos es entregar la educación mapuche como la entregaban nuestros abuelos, o sea, a través de la conversación, el conocer y el experimentar. Entonces, si a un niño queremos hablare sobre los bosques, hay que llevarlo al bosque, si queremos hablarle sobre la medicina mapuche o la medicina natural, le vamos presentando cada remedio, cada planta medicinal y lo mismo hacemos con el arte, por ejemplo, si vamos a enseñar mapudungun tratamos de hacer un diálogo que viene desde un relato mapuche.
No existe separación entre quien está educando y el niño, sino que hay un trabajo continuo entre los dos. Ellos son parte de la creación y eso hace que los niños en realidad se sientan motivados, identificados con esto. Los haces crear. Esa es la gran diferencia que tiene. El niño no es externo, ni un ser inactivo, es un actor principal que debe estar creando su propio aprendizaje.
¿Existe algún tipo de programa educativo para los niños?
Primero empezamos con el proceso de reconocernos, preguntarnos por el concepto que ellos tienen de ser o no ser mapuche. Porque nosotros vivimos en una región donde existe un llamado conflicto. Hay niños que sienten miedo, hay niños que son discriminados por ser mapuche, entonces primero evaluamos cuál es la identificación de los niños con la cultura. Es lo primero que tenemos que hacer, saber el contexto de cada niño o el contexto de la escuela al que llegamos, porque nosotros no trabajamos en un lugar en específico, no tenemos instalaciones, sino que vamos a los lugares.
También hay comunidades que tienen una identidad muy arraigada donde los niños muchas veces hablan mapudungun, es mucho más fácil empezar a trabajar con ellos. En cambio, hay otras escuelas donde no hay ningún tipo de conocimiento, donde los niños se sienten muy alejados, entonces el trabajo ahí es completamente distinto. No tenemos una metodología, porque todas las realidades de cada uno de los niños son distintas. Los niños muchas veces no tienen zapatos para ir al colegio. Muchas veces sólo van a comer a las escuelas, por ello es importante considerar todos los aspectos de la infancia.
¿Cómo se financia una iniciativa así?
Nosotros somos voluntarios. De los seis años que hemos trabajando nunca hemos cobrado por una clase, ni por los materiales. Todo es autogestionado. Jamás hemos postulado a un fondo del Estado o a un fondo en el extranjero o hemos tenido negociaciones o auspiciadores de empresas. Siempre hemos trabajado a punta de voluntad con la gente que nos conoce.
Eso tiene que ver con la cosmovisión mapuche…
Es el modelo económico de txafkintun que se llevaba a cabo antiguamente en nuestra cultura, el que ahora es conocido como trueque. Nosotros lo hemos aplicado hace seis años: yo regalo tiempo y también de esa forma llegan otros profesores a hacer clases de danza. Nosotros como Pichi Newen no queremos que el niño vea que a través del dinero se pueda conseguir algo. Sino que vea que también las acciones, los tiempos, todo, es un valor y que la riqueza para el mapuche no tiene que ver con la riqueza económica, sino con la naturaleza, con lo que yo soy, con lo que me rodeo. Esa es la riqueza de nosotros y eso es lo que queremos que los niños identifiquen.
¿Con cuántos voluntarios trabajan?
En este momento tenemos alrededor de cinco o seis que son docentes y que nos juntamos en actividades. Nosotros terminamos el semestre en diciembre y ahora yo me voy a Argentina a hacer clases en el sector mapuche. Hace poco también fui a Perú a hacer clases a niños quechua con el modelo de txafkintun.
¿Cómo abordan el tema del conflicto mapuche?
Nuestros niños viven a diario el conflicto mapuche. Hace unas semanas atrás un niño fue baleado por la espalda por un carabinero y nosotros hemos estado al 100 por ciento con esta familia, pese a que ellos no se identifican como mapuche.
En La Araucanía y en el sector donde está el conflicto los niños son discriminados, son violentados sin discriminación por Fuerzas Especiales y ese es un tema grave para nosotros porque Pichi Newen llega a comunidades donde todos los días hay niños baleados. Hay niños que van entremedio de Carabineros al colegio porque aquí las escuelas no tienen furgones. Hay niños que viajan uno o dos kilómetros para llegar a las escuelas y tienen que viajar por todo este sistema que está insertado en las comunidades. Pero esto va más allá porque en este momento lo que se está viendo dañado es la infancia mapuche. Y eso genera un tema, porque cómo le explicas a un niño que el carabinero está para defenderte, que es lo que le explican a todos los niños. Cómo él se quita ese odio que siente ante la persona que te hace daño todos los días, o que le hace daños a tus compañeros, o que hace daño a tu casa cuando son niños pobres que no tienen armamento. Hay escuelas que se han cerrado para colocar centros de operaciones de Fuerzas especiales, entonces se están vulnerando los derechos de manera impresionante.
Lamentablemente en este país nadie se está dando cuenta de esto y miran todos a los niños de Siria y sabemos que hay un grave problema con eso, pero acá en Chile está pasando eso a diario con cada niño.Si Brandon no estuviese grave tampoco se habría visibilizado todas las otras denuncias que se han hecho, porque todos los días hay niños baleados y no se ha hecho presente nadie para asegurarnos que nuestros pequeños pueden jugar tal cual juegan otros niños que no son mapuche.
¿Qué opinión tienes sobre las conclusiones de la Comisión Asesora Presidencial?
En realidad, nosotros fuimos cuando entregaron las conclusiones a la Presidenta. Estuvimos afuera y estuvo la prensa, pero después nada salió en las noticias. Fuimos con niños a pedir justicia porque no queremos ningún niño más violentado. Aquí se disfraza todo, nadie quiere que se visibilice lo que está pasando en La Araucanía.
Lo que hace la Presidenta es juntarse con una comisión en donde no hay representantes de nuestro pueblo. Allí no existen personas con las que uno se pueda sentir representado en el caso de la protección de la infancia. Sólo pedimos criterio para nuestros pequeños, pedimos que puedan jugar en paz y en este caso dicen que van a arreglar las cosas y que van por un buen camino para que esto se mejore y al final estamos viendo que hoy ya había baleados en las comunidades, entonces, de qué estamos hablando.
Esta es una responsabilidad de todos y no se está visibilizando y no se dan cuenta de cómo están afectando a la infancia de los niños porque hay niños que no viven en comunidades de conflicto pero si viven en un sistema donde hay discriminación directa. Nuestros niños cuando salen afuera a otro lugar les dicen: terroristas, quema bosques y un sinfín de cosas inimaginables.Entonces, ¿qué se está creando? Niños con resentimiento. Niños capaces de no identificarse y con el peligro de poder extinguir a nuestro pueblo porque si no hay identificación, nosotros nos vamos a perder.
No pedimos la expulsión del no mapuche. Sólo pedimos un respeto entre el mapuche y el no mapuche.No tenemos un conflicto con la gente chilena, tenemos un conflicto con un Estado que está reprimiendo de manera escondida y tapando todos los errores que se están cometiendo.
No hay nadie de los medios de comunicación tradicionales que venga a ver cuál es la situación real de nuestro pueblo y los que se atreven a verlo son detenidos o deportado. Hay muchos extranjeros que está siendo expulsados porque vienen a visibilizar lo que está pasando acá. Sólo tenemos un valor cuando existen las votaciones.
Aquí hay tortura, hay asesinatos, hay mucho dolor y todo eso lo absorben los niños. Entonces, me pregunto, ¿qué vamos a tener en el futuro?
Fuente: Radio Universidad de Chile