Fin de la pobreza, paz y justicia, salud y bienestar. Estos son los principales desafíos que enfrentan las personas, según los niños y adolescentes chilenos consultados en la tercera versión del proceso participativo “Yo opino, es mi derecho”, cuyos resultados serán presentados hoy en Nueva York a delegaciones de todo el mundo por la Presidenta Michelle Bachelet, durante un evento paralelo a la Asamblea General de la ONU.
La consulta se realizó en junio de este año a 658 mil niños y adolescentes de entre cuatro y 18 años. El objetivo de la consulta era que pudieran deliberar e incidir en temas como derechos de la niñez, valores democráticos y el desarrollo sostenible.
La versión 2017 se enfocó en preguntarles a los alumnos sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados por los países de la ONU en 2015, los que buscan marcar la agenda de desarrollo mundial hasta 2030. A través de charlas y actividades se les informó sobre cada una de estas metas, que abordan temas como la reducción de la desigualdad o el consumo responsable, y se les pidió elegir cuáles deberían ser las prioridades en Chile.
Los participantes fueron agrupados según edades: el primer grupo estaba formado por niños de educación inicial, 1° y 2° básico; el segundo, por alumnos de 3° y 4° básico; el tercer grupo, de 5° a 7° básico, y finalmente, el último grupo compuesto por alumnos de 8° básico a 4° medio.
Uno de los principales resultados en cuanto a problemas que afectan a las personas es que el fin de la pobreza es para todos los grupos el principal desafío del país. Además, para los alumnos de cursos mayores la educación de calidad y la igualdad de género son más relevantes, mientras que para los cursos menores, las prioridades están en terminar con el hambre y en la paz y la justicia (ver infografía).
El estudio incluía la priorización de problemas relacionados con la prosperidad y el medioambiente. En ellos, las áreas principales para los alumnos fueron la reducción de la desigualdad y la vida de ecosistemas terrestres.
La encuesta fue desarrollada por el Consejo Nacional de la Infancia en conjunto con el Ministerio de Educación, el Ministerio de Desarrollo Social, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Unicef y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
“Este proceso busca concretar el derecho a ser escuchados, a expresarse libremente y a ser considerados en aquellas decisiones que les competen directamente”, explicó Estela Ortiz, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia. “Cuando los niños y niñas participan, el mundo adulto gana. En este caso, el Estado se hace más democrático y más efectivo en el diseño de sus programas, planes, políticas que lleva adelante”, añadió.
En las tres versiones se ha convocado a cerca de dos millones de participantes. Ortiz destacó que el proceso “está siendo observado por muchos países y nos encantaría que lo tomaran como referencia”.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, explicó que los resultados se incorporaron al informe de diagnóstico e implementación de la agenda 2030. “Queremos institucionalizar la participación de los niños en la construcción de políticas públicas, que es una de las recomendaciones que nos ha hecho las Naciones Unidas. Partimos de la premisa de que los niños y los jóvenes son sujetos de derechos, por eso queremos que sean voces incidentes”, señaló.
Como parte del proceso, los alumnos tenían que hacer propuestas. Algunas de las soluciones fueron “que las autoridades velen porque las escuelas otorguen una misma calidad de educación”, “mejorar la fiscalización en el cumplimiento de leyes que protegen el medioambiente, sancionando efectivamente y con fuertes multas la transgresión a ellas” y “reunir información de las familias del liceo y hacer campañas solidarias para ayudarlas”.
Nicole Cisternas, directora de Política Educativa de Educación 2020, destacó que al analizar las propuestas “es evidente que los niños, niñas y jóvenes están conectados con los temas que se discuten a nivel país”. En ese sentido, explicó que “pese al discurso de que en Chile disminuye la pobreza, para ellos sigue siendo importante que en su país no haya pobreza y podemos ver por sus propuestas que ellos entienden que eso va relacionado a una educación de calidad y a la reducción de desigualdades”.
Además, la experta valoró que las soluciones estuvieran orientadas a mejorar la calidad de vida de la población migrante. “Muchas veces ellos van en avanzada en esos temas en relación a los adultos, porque ven a sus compañeros en la sala de clase y conocen la interculturalidad, por lo que entienden los cambios de políticas que son necesarios para el país”.
Fuente: La Tercera