Los niños representan la tercera parte de muertos en una semana por el conflicto sirio. Los menores de edad también tienen repercusiones mentales y desnutrición debido a los enfrentamientos entre los opositores del presidente sirio Bashar al-Ásad y las fuerzas del régimen.
Los niños están muriendo por culpa del conflicto armado en Siria. Naciones Unidas calificó la situación de este país como el “infierno en la tierra” debido a los constantes enfrentamientos entre los opositores del presidente sirio Bashar al-Ásad y las fuerzas del régimen. De acuerdo al Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 556 personas murieron desde el 18 de febrero hasta este domingo en Guta Oriental como consecuencia de los ataques aéreos. La lista de fallecidos incluye 136 niños, es decir, en fechas recientes casi la tercera parte de quienes mueren por este conflicto son menores de edad.
Las fotografías tomadas en hospitales y calles de Siria reflejan la tragedia. Las imágenes logran capturar el miedo en los rostros de los niños que sobreviven. Bebés intoxicados por ataques químicos, una niña que es rescatada entre los escombros y otra que cubre la sangre de su rostro sólo son algunos de los retratos de una infancia atrapada en medio del conflicto armado.
Siria es el lugar más peligroso del mundo para los niños que viven en países con conflictos de este tipo, según el informe de la organización Save the Children “En guerra contra la infancia”. Este documento también afirma que los niños que necesitan ayuda humanitaria urgente en el país son seis millones.
En el mismo sentido, hace menos de una semana el responsable de Unicef para Oriente Próximo, Geert Cappelaere, emitió un comunicado que sólo incluía una frase: “ninguna palabra hará justicia a los niños asesinados, sus madres, sus padres y sus seres queridos”. El encabezado del texto era “Informaciones sobre muertes en masa de niños en Guta y Damasco”.
Hasta ahora este organismo internacional no tiene un registro exacto de los niños sirios que han fallecido en los últimos días, pero asegura que los menores de edad representan la mitad de las 400 mil personas que se encuentran sitiadas en Guta Oriental, región que ha sufrido ataques aéreos en la última semana.
Además de provocar muerte y heridas físicas, el conflicto está dañando el bienestar mental de los niños y su futuro. Otro informe de Save the Children revela que el 84 por ciento de adultos y casi todos los niños creen que los bombardeos son la primera causa de estrés psicológico en niños sirios. Estos menores de edad afectados por problemas psicosociales y de salud mental suelen ser vulnerables a la explotación y el maltrato.
Los niños que murieron por el conflicto sirio la semana pasada residían en Guta Oriental. Esta es una zona semirural que ha sufrido los bombardeos del régimen, el cerco extremo y la acción de milicias armadas que imponen precios muy altos a los pocos alimentos y medicinas que las tropas de al Ásad dejan entrar.
De acuerdo a la ONU, hasta el viernes de la semana pasada había un registro de veinticuatro bombardeos contra hospitales. Algunos de los centros de salud atacados atendían a pacientes infantiles.
El fin de semana también fue letal para los menores de edad. El domingo, varias personas acudieron a los servicios de salud con síntomas de intoxicación por gas de cloro, después de un bombardeo realizado por las fuerzas gubernamentales en Guta Oriental. Organizaciones civiles denunciaron que al menos 18 personas fueron víctimas del gas durante el ataque, entre ellos un niño que murió asfixiado.
Además, las panaderías en la ciudad de Misraba, que proveen 40 mil bolsas de pan diariamente, fueron afectadas por los ataques aéreos. Según la ONU, el pan sigue disponible, pero su precio se ha multiplicado veinticinco veces.
Este tipo de ataques contra proveedores de alimentos repercute en la nutrición de los niños. De acuerdo a una encuesta realizada por Unicef el pasado noviembre, Guta Oriental registra tasas de desnutrición aguda del 11.9 por ciento entre niños menores de cinco años. Esta cifra es la más alta en el país desde el inicio de la guerra, hace siete años.
Ante esto, la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, en sus siglas en inglés) está repartiendo comida a los civiles escondidos en refugios subterráneos. La destrucción de viviendas ha provocado el desplazamiento, en particular de mujeres y niños, hacia zonas bajo tierra para evitar los ataques aéreos.
DETENER EL INFIERNO
Rusia propuso este lunes una respuesta para permitir que los sirios salgan de Guta Oriental. El presidente de este país, Vladímir Putin, ordenó una “pausa humanitaria” de cinco horas cada día y la creación de un corredor libre de ataques para que los civiles puedan abandonar la región.
El comunicado del gobierno ruso se hizo dos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara un alto al fuego de treinta días para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Siria y la evacuación de heridos.
Serguéi Shoigú, el ministro de Defensa en Rusia, agregó que debería haber pausas similares en la región fronteriza de Al-Tanf y en Rukban, cerca de la frontera con Jordania, para que que los civiles puedan regresar a sus hogares.
Huir tampoco es una opción
Buscar refugio afuera de su país no es garantía de bienestar para muchos niños sirios. La prueba es que los refugiados en Jordania viven en situaciones de pobreza y sin acceso a los derechos básicos.
Según un estudio de Unicef, el 85 por ciento de los niños sirios que viven en Jodania se encuentran en condiciones de pobreza y el 94 por ciento de los menores de 5 años están en una situación de pobreza “multidimensional”, es decir, no pueden cubrir sus necesidades básicas, tales como educación y la salud.
El estudio también muestra que 65 por ciento de las familias sirias no reciben suficientes alimentos como para mantener una dieta apropiada. Además, algunos padres se saltan comidas para que sus hijos puedan alimentarse.
Por otra parte, cerca de la mitad de los niños de entre cero y cinco años no tiene acceso a servicios de salud adecuados y el 38 por ciento no va a la escuela, mientras que los que tienen entre seis y diecisiete años se enfrentan al trabajo infantil y la violencia.
De acuerdo a Unicef, hay cerca de 660 mil refugiados sirios en Jordania, poco más de la mitad son niños de diecisiete años o menos.
Fuente: Reporte Indigo