Claudia, la nieta 117 recuperada gracias a la organización argentina Abuela de la Plaza de Mayo, se reencontró públicamente este viernes con sus abuelas biológicas. Sabía que era adoptada pero su año de nacimiento durante la dictadura (1976-83) la hacía dudar.
La mujer de 37 años, llamada hasta ahora Claudia Buzzo, resultó ser la hija robada al matrimonio de Walter Domínguez y Gladys Castro, apresados por militares en diciembre de 1977 y desaparecidos desde entonces, informó la presidenta de la entidad, Estela de Carlotto.
“Lo que he vivido ha sido un shock, de tener una vida medianamente armada de repente un panorama que uno no tenía en cuenta, más allá de que mis dudas siempre estuvieron porque mis padres adoptivos me dijeron desde que nací que no era hija biológica de ellos”, dijo Claudia en una emotiva rueda de prensa este viernes en la sede de Radio Nacional Mendoza, 1,000 km al oeste de Buenos Aires.
Agregó que su duda era “sin lineamientos relacionados al terrorismo de Estado. Solo el año de nacimiento me generaba duda en ese sentido”.
Domínguez Castro, casada y con tres hijos de 1, 6 y 9 años, ha vivido estos años muy cerca del hogar de una de sus abuelas biológicas, María Domínguez, presidenta de Madres de la provincia de Mendoza.
A raíz de las dudas que persistían sobre su identidad hizo unas primeras consultas en enero de este año a una persona de la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad).
Pero no fue sino hasta julio que se animó a hacerse el análisis aprovechando que el Banco de datos Genéticos “pasó por Mendoza”. Le habían dicho que los resultados podían estar entre uno o tres meses, pero en agosto recibió la noticia mientras se encontraba de viaje en Buenos Aires.
“Cuando volví a Mendoza hablé con mis papas adoptivos y lo primero que pensé fue en ellas (las abuelas), que me estaban buscando y que no podía perder un minuto más sin verlas”, detalló antes de mostrarse emocionada junto a sus dos abuelas María Domínguez y Angelina Catterino.
Destacó que ha recibido un gran apoyo de sus sus padres adoptivos y de toda la familia que la crió: “Mi vida fue espectacular, las personas con las que estuve me dieron todo, hicieron que yo fuera lo que soy ahora. Todos me apoyaron y por eso pude abocarme a esto completamente”.
“Ahora tengo cuatro padres”, dijo.
Un fuerte impacto político y emocional se registró en agosto del año pasado, cuando la presidenta de Abuelas encontró a su nieto, Ignacio Guido Montoya Carlotto.
Durante la dictadura cívico-militar decenas de miles de activistas políticos, sindicalistas, profesionales, estudiantes y hasta empresarios, fueron secuestrados, torturados, desaparecidos o amenazados de muerte empujados al exilio forzoso.
Maternidades clandestinas funcionaron en institutos militares y cuarteles. La mayoría de los hijos de desaparecidos secuestrados era entregados a familias vinculadas al régimen.