Por Julio Nelson Marileo Calfuqueo
(Profesor de Educación Básica Intercultural, Profesor Mentor Lengua indígena – Mapuzugun, Magister en Educación Mención Curriculum y comunidad educativa. Juliomarileo@hotmail.com)
¡Mari Mari peñi!, saluda Francisco, un niño no mapuche, a una comitiva que llega a su escuela a participar de un encuentro de reflexión pedagógica intercultural en la ciudad de Temuko. El que saluda, no supera los 7 años de edad. Un terremoto de pie, un emblema en la escuela, un pequeño que no pasa desapercibido en el aula, con admiración, lo señaló el Lonko de la zona de Botrolhue, quien se maravilló, al visitar las dependencias y encontrarse que alguien lo saludara en Mapuzugun y que, más aún, se refiera a él de peñi. Un trato no menor entre los mapuche hablantes, un ejemplo de Yamawün (respeto), pues en la frase, no sólo se observa el ejercicio del vocablo sino también la norma cultural, una práctica común en el lof de los antiguos mapuche y casi olvidada en el de los actuales.
En efecto, desde el año 2013, el Colegio Vista Verde de Temuko, ubicado en la población del mismo nombre, una de las más antiguas de esta “warria” viene implementando con gran éxito la asignatura de lengua indígena en sus aulas. Una apuesta, a la altura de estos tiempos, donde la interculturalidad es un desafío nacional, y no menos arriesgada, pues los resultados del proceso de enseñanza inciden directamente en la promoción de los alumnos. ¿Quién iba a pensar que la lengua del Reino de Chile?, en palabras del periodista Pedro Cayuqueo, se iba a enseñar en las escuelas en pleno siglo XXI, bajo un sistema de evaluación que no tiene nada que envidiar a otras asignaturas del curriculum.
Muchos se sorprenderán pero en algunas escuelas básicas del radio urbano y rural de las ciudades de Temuko, Concepción, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Santiago y sus alrededores se está impartiendo la enseñanza del Mapuzugun en los primeros niveles de la enseñanza básica. Para concretar esta apuesta pedagógica debió correr harta agua bajo el puente, su concreción involucro a líderes mapuche, autoridades gubernamentales y profesionales, quienes por medio de procesos de acuerdos y negociaciones del más alto nivel sacaron el tema adelante. La demanda mapuche por el mapuzugun no es nueva en el concierto político originario o indígena, se arrastra por décadas pero se profundiza a fines de los 70´ periodo en que la pasión revolucionaria encendía los debates que trascurrían en el seno de Ad Mapu y un dictador vulneraba los derechos humanos de chilenos y mapuche. Ya en aquella época, el Mapuzugun vivía su propio apocalipsis.
La ley indígena 19.253 de 1993, vino a dar un respiro al desahuciado mapuzugun, pues su aplicación promovía la enseñanza de la cultura mapuche en la esfera pública, fue así que la CONADI y el MINEDUC (1995), crean el PEIB, instancia que fortaleció la Educación Intercultural Bilingüe fomentando las planificaciones educativas con enfoque educativo intercultural, además de iniciar la recopilación de contenidos para la elaboración de un posible programa de lengua y cultura mapuche para los primeros niveles de la enseñanza básica. Se dejaban atrás años de invisibilizacion, vejaciones, marginalidad, al herido se le auguraba un buen pronóstico, pronto podría salir de la UCI.
Fue así, que después de 14 años de ejercicio de EIB, el año 2009, y por medio del Decreto Supremo Nº 280, se inaugura la asignatura de “lengua indígena”, apuesta educativa que se incorpora al curriculum escolar, recogiendo para este fin el trabajo que por años realizo el PEIB. Por medio de este mecanismo también se fijaron los criterios que se utilizarían para su ejecución en el territorio nacional. Tal iniciativa vino como anillo al dedo al pueblo Mapuche y a los demás pueblos indígenas u originarios que habitan la larga y angosta faja, quienes habían visto como el sometimiento chileno hizo desaparecer ante sus ojos la riqueza de sus idiomas propios “awinkando y chilenizando” sus formas de comunicación.
Lo anterior, a todas luces, fue un impulso que facilitó que el Mapuzugun empezara a conquistar nuevos espacios, no solo dentro de los sistemas educativos, sino también en los servicios públicos de Wallmapu, los primeros en incorporar señaléticas interculturales, fueron los Consultorios, Hospitales, Registro Civil, Pasos Fronterizos, Bancos, pero no todos, él del Pato Amarillo resulto ser un Uñum (Pájaro) más intercultural que los demás kullin que representan a cada institución. De a poco la región se familiarizaba con un Mapuzugun escrito, colgado en paredes y puertas, no hablo de adornos sino de señaléticas que de las distintas Rukas públicas pendían para indicar o informar. A pesar de la innovación, el foco principal seguía siendo la educación y de paso las familias de los Pichikeche, quienes empezaron a ver con simpatía la enseñanza, pues su aprendizaje no los discriminaba en tanto su origen étnico. El mapuzugun comenzaba a transversalizarse.
Desde mi perspectiva es importante despejar que la enseñanza del Mapuzugun en el sistema educativo no ha sido un fin en sí mismo, sino, es el primer paso, de una serie que deben transitarse, para que efectivamente el idioma se recupere y normalice. Hoy rescatar el idioma no es solo tarea de los mapuche racial y biológicamente definidos en palabras de Aucan Huilcaman, sino del ciudadano común, usted, yo o quien considere que Chile y Wallmapu pueden ser territorios cada día más justos y democráticos.
Las medidas que propenderán a escribir esa nueva historia respecto del idioma de Treng Treng y Kay Kay, están planteadas: Una de las primeras es la oficialización del Mapuzugun, bandera de lucha de las organizaciones, Academia Nacional de la Lengua Mapuche, Wallmapuwen, Femae, Consejo Territorial Mapuche y comunidades organizadas quienes se encuentran trabajando (no exento de tensiones) en la elaboración de un “Reglamento Regional” con el Gobierno de la Región de la Araucania, con el objeto de que se asegure no solo un reconocimiento simbólico, sino medidas concretas de largo plazo que fomenten el idioma y adecuen definitivamente los programas ministeriales incorporando no tan solo señalética pasadas de moda, sino que también se construyan políticas públicas gruesas con impacto en toda la población que habita el Wallmapu ( País Mapuche).
La otra alternativa y quizás la más potente, es la promulgación de una Ley de Derechos Educativos y Lingüísticos, proyecto de ley que fue elaborado por la RED DELPICH, que tiene por objeto favorecer la promoción del Mapuzugun y de los demás idiomas indígenas u originarios a nivel nacional. Una apuesta interesante a la altura de los tiempos modernos. El panorama se nubla, cuando dilucidamos que actualmente existen 4 proyectos de ley que esperan ser discutidos en el Congreso Nacional y que no contarían con la priorización que asigna el ejecutivo para ser sometido a trámite. Lamentablemente se ve con pesimismo el futuro en lo que respecta la promulgación de una ley en la materia, las razones, falta de voluntades políticas. Ahora las esperanzas y la presión social es lo único que no se pierde de eso sabemos harto los mapuche.
Lo que transcurre a nivel político en Santiago y Valparaíso es contrario a lo que se vive en las regiones, como bien lo venía diciendo, uno de los grandes problemas que existen en el Chile centralizado es la concentración del poder en zonas y en personas, que nada conocen de los intereses y de las realidades locales. Considerando este escenario, presento un estudio de opinión que realizó hace unas semanas la Fundación Aitue (1) en la Región de la Araucanía, que fue enfático en señalar que el 81% de los encuestados estaban de acuerdo de que el mapuzugun pueda ser oficializado en la región y el 94% declara que en tanto idioma merece ser objeto de políticas públicas adecuadas y atingentes. Es decir, algo está pasando en Wallmapu, aquellas respuestas son la expresión de una ciudadanía que está informada respecto de los procesos de colonización emprendidos por el Estado de Chile.
Para reforzar la idea, respecto de la necesidad de elaborar políticas gruesas en torno a la promoción del Mapuzugun en Chile, traigo a colación los antecedentes que proporciona la encuesta CASEN del año 2013, la que señala que la población indígena actualmente en el país, asciende a 1.565.915 habitantes, es decir el 9,1% se reconoce miembro de una etnia, una cifra no menor cuando se demandan mayores grados de derechos en tanto pueblos. Agregar que el 84,4% es perteneciente al Pueblo Mapuche. Pero el objeto de esta reflexión se encuentra en lo que sigue. Sabe usted ¿Cuánta es la población de hablantes del Mapuzugun en Chile?. La CASEN (2) categorizó en tres ámbitos las respuestas a) los que lo hablan, b) los que lo entienden c) los que no lo hablan ni lo entienden, el resultado mayor los tiene la letra “C”, es decir, un 78,7% desconoce completamente su idioma propio. De ahí el interés de las organizaciones Indígenas por resolver semejante realidad. Para reparar el daño causado no sólo basta tener buenas intenciones sino medidas legislativas de reparación, no lo digo yo, lo dice el Convenio 169 de la OIT, que Chile ratificó el mismo año 2009.
Ahora bien, la necesidad tiene cara de hereje, pero los pueblos indígenas y en particular los mapuche, no estamos disponibles para aceptar el raspado del Rali (plato), conocemos bien el cuento del gato por liebre. De hecho, tenemos Ñarki hasta para regalar en Wallmapu. Hoy somos un pueblo que tiene eminentemente claro por donde se ubica el Tripawe antu, (salida del sol), reconocemos que somos diversos entre los diversos. Por lo que no todos vemos ni pensamos lo mismo, al igual que muchas sociedades complejas en ese sentido dentro del movimiento mapuche existen posturas disidentes respecto de una posible oficialización o encausamiento de la demanda por medio de un reconocimiento estatal o una ley, los argumentos son potentes e igualmente cuestionables, existe temor a perder el legado histórico y patrimonial que como pueblo heredamos de nuestros abuelos déjeme decir que 210 años de atropellos por parte del Estado de Chile pasan la cuenta. No obstante, los que demandan medidas en torno al Mapuzugun son justamente los que no lo hablan de ahí su interés por hacer historia. A mi parecer, las controversias no son irreconciliables debiendo ser resueltas con respeto y mucho nutramkawün (dialogo). Una tarea pendiente para quienes lideran los procesos políticos de normalización del idioma y eso incluye al Estado de Chile.
¿Pero qué tiene que ver el Estado? dirá usted. La respuesta es inmediata. El responsable de la situación de marginalidad, negación y opresión política en que se encuentran los pueblos indígenas u originarios, es producto de la asimilación de la que fuimos objetos y que nos impuso sistemas políticos uninacionales borrando nuestra historia milenaria de un plumazo. Los que trabajamos en educación y en curriculum lo tenemos muy claro. Esta deuda la entendió rápidamente el Paraguay, quienes hace unos años, direccionó su destino hacia el camino de la interculturalidad, declarando el idioma Guarani como oficial (1992), apuesta política que permitió generar programas públicos. Hoy después de 23 años, el 90% de la población lo incorporó en su lenguaje habitual, es el idioma cotidiano de jóvenes, adultos y ancianos. Un ejemplo de aquello, es lo que exhibe el seleccionado nacional Roque Santa Cruz, ex delantero del Manchester City quien no sólo hace gala de sus habilidades como deportista, que bien ganado lo tiene, sino de cómo se ha comunicado con sus compañeros en partidos oficiales representando a su país, utilizando un perfecto Guarani en el campo de juego. Así sentenciaba el año 2010 a un diario de circulación nacional.
“Para nosotros es un privilegio, somos el único país que reconoce su idioma de origen. Es una prioridad, es la enseñanza que se hace en la primaria y en los colegios. En muchas zonas de Paraguay, sobre todo en el interior, es la lengua más usada, por delante del español. Es una forma de dar voz a una de nuestras raíces, la indígena, y valorar lo propio sin ningún sentimiento de atraso o culpa” (3)
Por ende querer catalogar un idioma indígena, como factor de retroceso dentro de un país, es un error del porte de un Zegün, (volcán) está comprobado por la neuro ciencia que un sujeto en edad infantil que reciba mayor cantidad de información bajo el sistema de la estimulación estará en mejor disposición cognitiva del que es objeto de restricción. La Escuela Vista Verde y muchos de los establecimientos que son parte de esta iniciativa a nivel nacional lo tiene asumido como tal.
Finalmente, el Mapuzugun deja ser el idioma proscrito e irrestricto de los araucanos de Ercilla, el arma secreta del País Mapuche esta ad portas de transformarse en el idioma del futuro pasando a ser utilizados por mapuche, chilenos y extranjeros, que con esfuerzo y buena letra, lo intentan aprender. Tarea no fácil, pero su aprendizaje no depende de factores sobre naturales, sino de buenos profesores, una metodología adecuada y principalmente programas de envergadura que lo sustenten, fomenten y estimulen haciendo posible a corto plazo su conquista y de paso repensar el país que queremos para el futuro, a ver si AIOWA el árbol madre lo permite y Francisco se transforma en el ejemplo de una sociedad distinta. Fey.
Notas:
Fuente: Mapuexpress