Recibir denuncias de desapariciones, torturas, detenciones ilegales. Archivar, guardar, resguardar. Arriesgar la vida. Ser perseguido, amenazado, incluso torturado y asesinado. La última exposición del Museo de la Memoria rinde homenaje a quiénes lucharon por defender la vida y se enfrentaron cara a cara con los crímenes de la Dictadura.
Fotografías, archivos de audio, testimonios, publicaciones, registros inéditos. La recreación de una oficina de la Vicaría de la Solidaridad.
Al centro, un mueble que reproduce un archivo real de esos años y un teléfono que permite escuchar algunas de las denuncias realizadas en Dictadura y que dan cuenta de los crudos años que vivió Chile entre 1973 y 1990.
A 40 años del nacimiento de la Vicaría de la Solidaridad, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos dedica su última gran exposición a quienes trabajaron en distintos organismos de defensa de los derechos humanos en Dictadura.
Defensa, promoción y denuncia. Organismos de DD.HH 1973-1990, muestra inaugurada este sábado, expone el trabajo diario de organismos como el Comité Pro Paz, la Vicaría de la Solidaridad, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic), la Fundación de Protección a la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (Pidee), la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu) y el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), entre otras instituciones que defendieron la vida de miles de chilenos.
Prestar asistencia jurídica para defender la vida y la libertad de las personas, orientar y asegurar los procedimientos derivados del exilio, asilo y retorno, apoyar psicológicamente a las víctimas de la tortura y sus familias, y atender denuncias en contextos de protesta social y huelgas, fueron algunas de las tareas que realizaron estos organismos, en su mayoría dependientes de iglesias.
Pese a que estas instituciones fueron de las pocas que lograron mantenerse en el tiempo sin intervención directa de las Fuerzas Armadas, sus trabajadores sufrieron persecución, apremios y hasta la muerte.
Arriesgar la vida
Patricio Sobarzo fue asesinado por agentes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) en Santiago, el 2 de julio de 1984. Al momento de su homicidio se desempeñaba como secretario regional de Codepu. Patricio había acudido a una llamada de auxilio realizada por Enzo Muñoz Arévalo, también asesinado ese día.
José Manuel Parada era funcionario de la Vicaría de la Solidaridad cuando fue secuestrado, torturado y asesinado junto a Manuel Guerrero y Santiago Nattino. El crimen se cometió el 30 de marzo de 1985 y quedó en la memoria colectiva del país, por la brutalidad de los ataques que sufrieron las víctimas, pasando a ser conocido como “Caso degollados”.
Los asesinatos de Sobarzo y Parada son fundamentales y sumamente significativos. No sólo porque muestran la violencia e injusticia deque vivió Chile en esos años, sino que también ponen sobre la mesa el riesgo que suponía trabajar por la defensa de los derechos humanos en Dictadura y el enorme costo personal que implicó.
“Defender los derechos humanos en un estado de excepción donde la violencia y el miedo era algo cotidiano, no era una decisión fácil de tomar y también quisimos expresar eso. Estos audios dan cuenta en primera persona, mediante testimonios que nosotros hemos recuperado, de cómo se vivió ese periodo, qué significó para ellos y para sus familias, y cómo se expusieron arriesgando la vida”, señala Daniela Fuentealba, investigadora archivista del Área de Colecciones e Investigación del Museo de la Memoria.
Así, la exposición incluye unos archivos de audio que contienen amenazas y amedrentamientos que sufrieron muchos de los trabajadores de los organismos.
Daniela Fuentealba explica que, a su juicio, hay dos elementos fundamentales a la hora de analizar el trabajo de quienes defendieron los derechos humanos.
“La vocación de quienes se vincularon a este tema, en esa época, fue algo que marcó sus vidas para siempre, eso es algo común en todos los testimonios. Otro aspecto que resulta importante es cómo se realizó un trabajo mancomunado, de compartir un mismo objetivo, abordarlo desde distintos puntos de vista, pero todos unidos por lo mismo”.
Archivos para la historia
Archivar, documentar y registrar denuncias y desapariciones fue parte clave del trabajo realizado por la Vicaría de la Solidaridad y demás instituciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos. La labor de guardar, clasificar y resguardar hace parte de la historia de la resistencia de Chile y ha permitido que durante los años posteriores los acontecimientos y vejaciones que sufrieron los derechos humanos en la Dictadura pudieran ser reconstruidos.
“Quisimos poner en valor el ejercicio del archivo, de guardar y resguardar la información. Poner en valor toda la información que se resguardó en ese momento, sin tener mucha noción de lo que significaba guardar todos esos archivos”, señala la investigadora del Museo de la Memoria.
Defensa, promoción y denuncia. Organismos de DD.HH 1973-1990 contiene los principales y más grandes archivos con los que cuenta el Museo de la Memoria.
Transmitir esta información valiosa a las nuevas generaciones y ser un aporte para el cuidado de los derechos humanos hoy, son los objetivos de esta muestra que puede visitarse hasta el 5 de marzo de 2017, en la Sala del Tercer piso del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, de martes a domingo de 10 a 19 horas.
Fuente: Radio Universidad de Chile