Si bien Donald Trump firmó este miércoles una orden para detener la separación de los niños con sus familias, los menores siguen enjaulados. Para expertas en la materia, lo acontecido en el país más poderoso del mundo es un claro retroceso a los derechos humanos.
Camilo Villa J.
Miércoles 20 de junio 2018 19:16 hrs.
Hasta el círculo más íntimo de Donald Trump, como su esposa Melania y su hija Ivanka, han criticado el enjaulamiento de niños que son separados de sus padres por ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
No solo su familia, pues organizaciones y líderes internacionales también han condenado la medida del gobierno norteamericano. Sin ir más lejos, la jornada de este miércoles el presidente Sebastián Piñera expresó que “ninguna política migratoria puede separar a las familias, ninguna política migratoria puede dejar de cuidar y acoger a los niños, ese es un principio universal”.
Por su parte, diputados de la República presentaron un proyecto para que el canciller Roberto Ampuero emita una condena pública contra la política migratoria de Estados Unidos.
Y es que no hay dobles lecturas: a miles de niños se le están violando sus derechos humanos de una manera “legal”, no por eso, menos condenable.
Ante las presiones desde su país y desde otras latitudes, este miércoles el presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva para detener la separación de niños y padres. Decretos más, decretos menos, lo cierto es que los niños siguen encerrados en jaulas, cual zoológico, solo por el hecho de que sus padres busquen un futuro, que ellos, consideran mejor.
Liliana Galdámez, investigadora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, indicó a nuestro medio que el actuar del gobierno estadounidense representa un retroceso de lo que hasta hoy se ha logrado en materia de derechos fundamentales para niños.
“El derecho internacional de los derechos humanos ha progresado a partir de la Segunda Guerra Mundial, y muchas de estas conductas que se pudieron producir especialmente en el marco de conflictos bélicos, han sido precisamente los que han generado la reacción del derecho y la comunidad internacional, y que se expresa en la ratificación de tratados y acuerdos justamente para impedir que estas conductas de produzcan, entonces lo que está pasando en Estados Unidos implica un retroceso de los avances que se han desarrollado en esta materia. Es muy grave en realidad”.
La académica agregó que, si ya la violación a un derecho humano es grave, cuando se trata de niños es aún peor, pues los menores tienen mayor protección tomando en cuenta su vulnerabilidad. Además que se estipula en tratados y constituciones su derecho a la familia, justamente lo que Estados Unidos les está privando.
“Hay un principio que es el principio de protección del interés superior del niño, por una parte, y por otra, la protección de la unidad de la familia, que es –en casi todos los tratados internacionales, incluso en las constituciones- entendida como un núcleo esencial de la idea de sociedad, como un espacio de protección, entonces, evidentemente esta decisión contradice todos esos criterios. Es algo absolutamente irregular, por algo Estados Unidos sale del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
Similar opinión tiene Francisca Palma, especialista en comunicaciones de Unicef en Chile. La vocera de la organización indicó que el derecho de la familia a los menores está garantizado en la Convención sobre los Derechos del Niño, y de violarse tal, puede causar un daño irreversible a la víctima.
“Sin importar de dónde vengan ni cuál es su estatus migratorio, los niños deben tener la primera prioridad en el cuidado y en los servicios que se les entregan y, por supuesto, el respeto a sus derechos, y uno de los derechos que tienen establecidos por la convención es el derecho de vivir en familia. El daño que se le causa a un niño al separarlo de la familia es muy fuerte, difícil de revertir, y puede tener consecuencias bastante complicadas”.
Francisca Palma afirmó también que hay evidentes incongruencias en la política estadounidense con respecto a los niños de países como Siria, Sudan del Sur o Somalia, a quienes ayuda, y los que llegan a su propio país, a quienes encierra en jaulas y son separados de sus padres.
“Se puede hablar de un retroceso en el rol que han tenido los gobiernos de Estados Unidos, los cuales han apoyado, durante muchos años, el tema de ayudar a los niños refugiados o solicitantes de asilo a los niños refugiados por guerras, y esto, el gobierno de Estados Unidos lo ha hecho a través de Unicef en otras ocasiones, por la Guerra en Siria, o Sudan del Sur, o Somalia, entonces que esto se de en su propio país, es muy fuerte”.
En 1989 se firmó el tratado internacional de Naciones Unidas conocida como Convención sobre los Derechos del Niño, al cual adscribieron la gran mayoría de los países del mundo. Dentro de esta se estipula, entre otros, el derecho de los niños a la familia, a una identidad, a no ser discriminados, y derecho a la intimidad. Evidentemente, todos estos derechos están siendo violados por la política del mandatario norteamericano, Donald Trump. Dato que no debe ser menospreciado, es que Estados Unidos ha firmado la Convención, pero no la ha ratificado.
Fuente: Radio Universidad de Chile