Estamos preocupados por los prejuicios acerca del proyecto de ley de garantía de derechos para la infancia, que todavía no conocemos, y que Chile espera hace 25 años.
Se trata de una ley que incluye tres instituciones urgentes: 1) un sistema que garantice los derechos de la niñez consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño; 2) una institucionalidad que coordine todas las políticas de infancia y que no se reduzca a los niños en estado de vulnerabilidad o vulneración; y 3) un defensor de los derechos del niño.
En teoría de derechos humanos y de los derechos de la niñez hay unanimidad acerca de la necesidad de transformar una cultura que considera a los niños como objetos (de protección, propiedad o incluso de mero cuidado) en una que los considera sujetos de derecho. En Chile hay quienes no comprenden esa diferencia o la consideran peligrosa, casi como si los derechos de los niños compitieran con los de los adultos, o si la protección de estos derechos excluyera a los padres. Lo que es un absurdo.
La ley que se ha exigido a Chile, desde el Comité de Derechos del Niño, parte del principio que son los padres los primeros responsables del cuidado de los niños, y que el Estado debe ser garante de este derecho y responsabilidad. Este cuidado es un derecho de niños y niñas e implica el acompañamiento de los adultos.
El Defensor del Niño es una institución que protegerá los derechos de la niñez a todo nivel. Velará para que la institucionalidad chilena en general cumpla los estándares que exige la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que nuestro país no ha cumplido. Además, debiera ser fácilmente accesible para los niños que requieran de él.
Antes de criticar y denostar un proyecto de ley debemos conocerlo y no dejarnos llevar por los prejuicios que, en definitiva, afectan la posibilidad de que todos los niños se sientan protegidos y cuenten con el apoyo para desarrollarse en su familia y en la sociedad.
Francis Valverde
Delia Del Gatto
Nury Gajardo
Andrés Beroggi
Voceros del Bloque por la Infancia