El viernes 6 de diciembre conmemoramos 40 años de Fundación PIDEE con la inauguración del Centro de Documentación, que desde ahora se denomina María Eugenia Rojas Baeza, en homenaje a nuestra fundadora, quien en su papel de defensora de los Derechos Humanos decide crear esta institución con el fin de proteger a los niños y niñas durante represión de la dictadura cívico militar.
En este aniversario, tanto la presidenta del Directorio, Rosemarie Bornand Jarpa, como nuestra Secretaria Ejecutiva, Vivian Murúa Arroyo, destacaron el rol de María Eugenia como una mujer dedicada a la defensa de la niñez, incansable en su trabajo y con el foco puesto claramente en la necesidad de crear registros que permitieran buscar verdad y justicia para los casos durante y después de terminada la dictadura.
También contamos con la presencia de sus hijas, María Estela Ortiz y María Luisa Ortiz, esta última es la jefa del área de Colecciones e Investigación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, quien nos entregó un saludo a nombre de la familia.
En esta oportunidad también se generó la instancia para realizar el lanzamiento del libro “Me escapaba al Cementerio”, Testimonios de hijas e hijos de personas ejecutadas políticas durante los primeros años de la dictadura cívico militar, realizado en conjunto con el equipo audiovisual del Museo de la Memoria. Este libro recoge los testimonios de once hijas e hijos de personas que fueron ejecutadas/os políticas/os entre 1973 y 1976.
Nos visitaron desde Tirúa para dar un mensaje a través de Marcela Huenupil, representante de un grupo de mujeres emprendedoras, quien estuvo también con nuestro primer titulado de la zona, Eduardo Albornoz, que hoy es ingeniero, gracias a que PIDEE sigue estando presente con apadrinamientos entregados por Parasta Lapsille, organización finlandesa que desde los años 80’ apoya a niñas, niños y jóvenes en sus estudios.
Muchos ex trabajadores de la Fundación, junto a los entrevistados y protagonistas del libro, que cuando niños recibieron las distintas atenciones y asistieron a los talleres, compartieron ese día haciendo memoria de los años recorridos, de las experiencias vividas y del agradecimiento por haber tenido un espacio de confianza y cuidado en la Fundación PIDEE.