La prohibición del aborto en El Salvador hace que cientos de niñas que quedan embarazadas después de ser violadas se suiciden cada año porque no ven otra opción.
Muchas de estas niñas no solo han sufrido abusos sexuales por parte de familiares o miembros de pandillas, sino también son a menudo silenciadas y se les impide buscar ayuda por el estigma que rodea una violación, apunta Anastasia Moloney de la Fundación Thomson Reuters.
“El estigma y el miedo al informar sobre la violación es lo que tiene lugar en las familias”, dijo Mario Soriano, un médico que dirige el programa para los jóvenes y adolescentes patrocinado por el Ministerio de Salud del país.
“A veces, la persona que practica la violencia sexual es el único sustento de la familia, por lo que la posibilidad del cese de su ayuda económica se utiliza como una amenaza contra la niña para que no denuncie el crimen”, explicó Soriano en una entrevista con la Fundación.
“Hay una correlación entre la violencia sexual y la alta tasa de suicidios entre los adolescentes y eso es una realidad. El embarazo es un factor determinante detrás de los suicidios de adolescentes”, destacó.
Cabe recordar que la legislación ve como delito tener relaciones sexuales con un niño menor de 15 años, pero los activistas dicen que la ley es burlada con frecuencia. Este delito conlleva una pena de prisión de entre 14 y 20 años, pero pocos criminales son enviados a la cárcel por ello.
Fuente: El Ciudadano